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Godofredo Garabito y Gregorio

Godofredo Garabito y Gregorio

Retrato de un hombre «grande, generoso y genial»: Godofredo Garabito y Gregorio

Hace unos años, en el transcurso de un reportaje televisivo, el reconocido periodista Tico Medina tildó a Godofredo Garabito y Gregorio de grande, generoso y genial, haciendo honor así a las tres g de su nombre y apellidos.

A esta tríada de adjetivos fundamentales e inspiradores para este reportaje queremos añadir otra mirada peculiar,  la de Carmen-Isabel Santamaría del Rey, laureada poeta vallisoletana quien, durante el acto de clausura de la 2561 Mañana de la Biblioteca Cervantina en junio de 2007, saludaba así al autor de la lección magistral: “Una vez más, hoy vienes, Godofredo,/ con tu carga de historia y poesía/… Tu voz que siempre aporta sensaciones:/ fecundidad, cultura, historia, vida./ Te entregas con tesón a estas empresas/ y llegas cada día arriba./ El éxito rotundo te acompaña./ Incansable y tenaz se te adivina,/ como el hombre abnegado que no cesa,/ el quehacer cultural de cada día,/ que generoso entrega luego al viento,/ para que lo difunda sin medida./ …. y nosotros gocemos de la brisa,/ de volver a tenerte el nuevo Curso, / clausurando feliz la poesía.”

Ante una presencia tan imponente como la del escritor y académico Godofredo Garabito que, sin duda, es producto de un rico mundo interior y de una talla humana que sólo puede esculpir la voluntad de ser y trascender de un hombre que se define, al estilo del Marqués de Bradomín,  católico y sentimental, surge este reportaje que pretende hacer honor a la máxima de Antonio Machado “Hay que distinguir las voces de los ecos”.

Reportaje

1. LA FORJA DE UN  HOMBRE POLIFACÉTICO

¿Qué personalidades han resultado formativas en su creatividad?

Más de una, desde luego, por eso quizá convenga abordar aquellas personalidades que han dejado una huella indeleble en mi camino.

En lo que concierne a mi quehacer como académico y humanista, quiero distinguir al Dr. Leopoldo Cortejoso Villanueva que perteneció a varias academias españolas  e hispanoamericanas. De él dijo Unamuno,  cuando se lo presentaron como un joven médico que era poeta: “Y ¿por qué no un poeta médico?” De la mano de este eminente Doctor ingresé en la Real Academia. Fue hijo predilecto del pueblo donde yo nací y su muerte me permitió valorar más su amistad en vida. 

¿Y cómo escritor?

Como escritor debo mucho a Miguel Delibes. Nadie como él ha sabido cantar el medio rural de Castilla, de forma que hemos ido presenciando la gran evolución del campo castellano que ha pasado de ser hecho con la herramienta que Virgilio mencionara en sus Geórgicas a la realidad actual de los avances de la tecnología. Sus sabios consejos me han obligado a matizar mucho de mi impronta y refrenar alguna insensatez literaria.

¿En lo que se refiere a la poesía…?

En cuanto a mi poesía, fue una presencia significativa la de  Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña. Su dominio del lenguaje me permitió acomodar a mi hacer de escritor, poeta y ensayista un montón de vocablos que, como el mismo decía, sólo se escuchaba a los pastores del campo y a los obreros de la agricultura, que eran como libros abiertos del lenguaje más puro de Castilla. Él era Presidente de la Real, y tricentenaria, Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid cuando ingresé (25 de junio de 1982) en ella, por lo que tengo el orgullo de disfrutar de la medalla número 21 que él puso sobre mi pecho.

El periodismo es una de sus facetas más copiosa. ¿Escuchó algunos consejos de otros?

Como periodista, compartí durante muchos años columna en El Norte de Castilla Francisco Javier Martín Abril. Recuerdo que, siendo yo muy joven, le acepté el consejo de que en lo posible dejara escrito todo aquello de lo que hablara. Me dejó como legado su profunda admiración por Azorín en términos de estilo y, sobre todo, su espíritu romántico proyectado tanto en el periodismo como en la literatura.

Fue tal la lección de lealtad y afecto que recibí de todas las personalidades que he mencionado que yo mismo me convertí en correa de transmisión de lealtades y cariño.

¿Qué circunstancias han favorecido el entusiasmo vital que le caracteriza?

Debo reparar en primer lugar en la espiritualidad. Gracias a mis creencias convertidas en gozosas afirmaciones, he podido valorar mejor a los demás. En el cultivo de “la otredad”, parafraseando a  Antonio Machado,  he tenido durante toda mi vida gran cuidado de cultivar  la ética tanto como la estética entendiendo que esas herramientas te permiten vivir con honestidad toda tu peripecia vital y cultivar el buen gusto que permite que tus rincones vitales sean lugar de acogida por el buen gusto y la armonía que emanan.

En el fondo no hago más que hacer honor al lema del escritor uruguayo José Enrique Rodó, quien en su libro de ensayos Ariel, proponía “a la ética por la estética”. Secuela de este aspecto de mi personalidad es la relación personal que cultivo con importantes familias de Valladolid y Castilla y León que me abrieron sus puertas.

¿Cuál es la fuente primordial de su inspiración?

La naturaleza, por supuesto, a través de las cuatro estaciones del año, teniendo en cuenta la alborada y el poniente; el calor de agosto y las gélidas invernadas; el aroma de la primavera y la sabrosa madurez del otoño.

Aparte de ese encuentro con la naturaleza, está el calor de una habitación con la chimenea encendida y aromas de encina; el sentirte cómodo con un largo de Haëndel, un aria de la Traviata cantada por la Calas, o en cuestión de coros, siento profunda emoción con el coro de Nabucco de Verdi, donde el pueblo hebreo canta su libertad -esta pieza musical me produce tal emoción que me pone al borde las lágrimas.

Y, a todo esto, sentir el tintineo de las ovejas, el croar de las ranas y el trinar de los pájaros como espectáculo sonoro que abunda en mi jardín. En igual  medida un buen libro donde la lírica se mezcle con lo trascendente o la historia con el Romancero del XII.

Jardines de la Casa Grande

Debemos a Unamuno esa precisión del yo en cuatro vertientes: lo que yo soy, lo que quiero ser, lo que yo quiero que otros crean de mí  lo que otros piensan de mí. En otras palabras, ¿hay o no hay fisura entre lo que usted es y lo que otros piensan de usted… se ha valorado su quehacer…cómo…?

Respecto a los demás, confieso que me gusta que tengan buena imagen sobre mí, dado que eso me permite ampliar el campo de amistad y la posibilidad de mayor rendimiento en el afecto.

Pienso que no hay éxito completo en la vida si no logras que los demás perciban tus ejecutorias en mayor o menor grado. Mi quehacer ha encontrado eco, es decir se ha valorado.

Las tres condecoraciones concedidas por Su Majestad, representan una triple merced por la que me siento halagado, mucho más teniendo en cuenta mis escasos méritos. La Cruz de Alfonso X el Sabio me acerca en mi modestia a un reconocimiento intelectual; La Encomienda del Mérito Civil avala la generosidad hacia los demás y la Encomienda de Isabel, la Católica ha sido un reconocimiento al cumplir los setenta, por los cincuenta años dedicados plenamente a distintos aspectos de mi vida vinculados con América.

Su obra ha trascendido a América, Colombia, República Dominicana y Puerto Rico donde la Revista Académica de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla le ha rendido merecido homenaje ¿Cómo ha sido su experiencia en América?

Estuve en Colombia en al año 1978 invitado por la Ministra de Cultura de la Embajada de Colombia en París, el Ministro de Defensa, Sr. Camacho, y el Cardenal Primado de Bogota, Monseñor Aníbal. Por estas invitaciones pude dar distintos ciclos de conferencias en varias universidades y centros militares sobre temas de España relacionados con América, por ejemplo: “La Reina Católica y el Descubrimiento”, “Cristóbal Colón como navegante y descubridor”, “La tragedia de Juana I de Castilla y el hundimiento de la dinastía Trastamara y el esplendor de Carlos V como forja de un Imperio. Estas conferencias fueron impartidas en varias universidades y centros culturales de Medellín,  Popayán, Cali, Bogota y Cartagena de Indias Posteriormente en el año 2004, fui invitado por el alcalde de Azúa de Compostela  que celebraba los 500 años de la fundación de dicha ciudad por el castellano Diego Velázquez de Cuellar*. En esta ocasión me acompañaba el escritor e historiador de la Reina Católica, Don Vidal González, e Irene González y la que hasta hace unos años ha sido alcaldesa de Madrigal de las Altas Torres, lugar donde nació Isabel la Católica y Tatabasco como Obispo y evangelizador de América. Fuimos recibidos por la Embajadora de España, por el alcalde de la capital de Santo Domingo y otra serie de autoridades interesadas en resaltar el momento histórico del descubrimiento y de los 500 años de la muerte de la Reina.

En Puerto Rico mi obra literaria, narrativa y poética, ha suscitado gran interés gracias a las reseñas literarias publicadas en el periódico El Nuevo Día de ese país y en la Revista BRISAS que usted dirige. Gracias a las gestiones de usted con el Archivo General de Valladolid mi libro Cristóbal Colón: el ocaso de un navegante será objeto de estudio por los estudiantes universitarios de los Cursos de Español de Honor.

En lo que concierne a Europa, al medievalismo europeo grandioso en su fe me une el hecho de pertenecer a la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, milenaria institución católica que hunde sus raíces en el año 1099 de nuestra era. Fue impulsada por la devoción de los cruzados a la Sagrada Tumba y fundada por Godofredo de Bouillon como protector de Jerusalén.

Después de casi mil años de historia, ¿sigue en vigor esta Orden de Caballería?

Hoy día, la Orden tiene su sede en la ciudad del Vaticano, siendo Su Santidad el Papa, su jefe soberano. Torcuato Tasso en su conocido poema La Jerusalén libertada (1575) se refiere expresamente a los primeros 50 caballeros del Santo Sepulcro como los más esclarecidos caballeros dado que por su valor, nobleza y méritos merecieron convertirse en los custodios del Santo Sepulcro. Está extendida en cerca de 40 países y el número total de caballeros y damas en el mundo asciende a unas 20.000. Su objetivo es ayudar a cuantos en esta tierra padecen persecución, canalizando numerosísimos recursos mediante diversas obras sociales. El Rey de España, Don Juan Carlos I ostenta simbólicamente, entre otros títulos, ser rey de Jerusalén.

2. DE LA INFANCIA A LA REALIZACIÓN

Se le conoce por muchos como el “ Señor de La Mudarra. ¿Qué protagonismo le da usted a este pueblo de los Torozos como para que merezca ese apelativo?

La Mudarra es un pueblito labriego donde, desde 1703, reside mi familia de agricultores venidos de Villaesper, Tierra de Campos. Aquí nací, aquí tuve mis primeros aciertos con mi primer maestro Don José Arroyo. Junto a mis padres aprendí a rezar y a razonar hasta que con once años me fui a Valladolid a estudiar y desde allí organicé mi vida sin olvidar nunca mi cuna y el lugar donde descansan mis mayores. La Mudarra con su influencia árabe fue señorío de los Enríquez, Almirantes de Castilla y Duques de Medina de Rioseco.

Pues bien, parte de ese señorío a través de los siglos se fue desgajando en propiedad privada muy repartida. De ahí le viene el patrimonio a mi familia que hoy día me ha permitido su solar, no sólo habilitarlo confortablemente, sino crear unos jardines con unos rincones donde se cultivan abetos y encinas, hiedras y rosales, dalias y geranios, con un microclima de distintos aspersores que mantienen la frondosidad y el frescor, aun en las épocas más calidas del año.

A esto hay que añadir la colección de escudos, piedras antiguas y columnas de piedra de siglos pasados que hacen de esta casa no sólo un ambiente cómodo, sino acogedor y confortable.

El hecho de que esta noble casa esté situada en la Calle de los Almirantes me hace pensar que fuera construida por los Almirantes de Castilla.

Jardines de la Casa Grande

¿Le hubiera gustado vivir en otra época?

La realidad es que nada me resulta ajeno. Confieso que con gusto hubiera sido el último servidor de la Casa de los Médicis con tal de vivir una época tan venturosa como el Renacimiento.

3. CUESTIÓN DE EXPRESIVIDAD Y COMUNICACIÓN

Usted ha escrito dos novelas históricas La formación de un Imperio, Carlos V y Cristóbal colón: el ocaso de un navegante; también una obra de teatro en verso en la tradición del Siglo de Oro español. A veces traspasa géneros y regala una prosa poética como en Pueblos con mirada o una poesía en prosa, entre versos se percibe un argumento, una intrahistoria, como Amapolas comunera.  ¿Cuán fácil resulta escribir para usted, teniendo en cuenta su prolífica obra, la obra periodística y sus otros quehaceres empresariales?

Para mí no es nada difícil compartir la actividad empresarial y la literatura dado que de alguna manera se complementa y equilibra mi inquietud. Así por ejemplo uno de los barrrios del Valladolid de nuestros días como es COVARESA (Constructores Vallisoletanos Reunidos Sociedad Anónima) de la que fui creador y presidente de su Consejo de Administración ha permitido a Valladolid tener una zona residencial de alto “standing”.Y, lo que es más importante, como consecuencia de gestiones personales avaladas por este Consejo de Administración, cedimos  a la Junta de Castilla y León los edificios donde reside  junto a varias hectáreas de jardines y dependencias. He aquí una de mis mayores satisfacciones no sólo de carácter empresarial sino histórico porque, gracias a ello, Valladolid se ha convertido en la capital de Castilla y León.

Aparte de estos avatares empresariales, no he estado al margen de la política, he pertenecido a distintas asociaciones culturales con responsabilidad y entrega. También, y para mayor equilibrio del intelecto, escribo poesía y artículos costumbristas en diferentes periódicos.

Más allá del enfoque de estilos ¿en cual de estos géneros literarios se siente más cómodo? 

Como tema, el histórico; como desahogo el lírico. En todos, pongo mi mayor esfuerzo, mis grandes dosis de emoción, un poco de talento y unas gotas de sentido sobrenatural Todo esto puesto en una coctelera produce sonetos, romances, teatro, novela artículos, comentarios radiales, programas de televisión. Me temo que me siento cómodo en cualquier género, porque he escrito también teatro.

4.  EL LENGUAJE DE UN POETA

Como Heidegger vio en el lenguaje de los poetas “el lenguaje de las más invisible interioridad del corazón”, yo veo en uno de sus mejores poemarios El aura del ciprés me ha dicho… una particular simbiosis entre pensamiento y sentimiento, de forma que yo diría que su poesía es meditativa, hondamente metafísica pues en cierta medida nos acerca a las esencias escondidas de las cosas.

Desde el punto de vista estético, la naturaleza es un lugar donde es posible asistir a las sensaciones renovadoras de la creación y por lo tanto inventar cosas nuevas. Probablemente nunca llegue a abarcar la totalidad de lo vivido para simbolizarlo, pero sí me acerco al territorio colmado de sugestiones, por eso se dice que el mundo tiene otro aspecto cuando lo contemplamos con la obra y con los ojos de ésta.

La recreación  interior del ciprés está cargada de una gran densidad emotiva del hombre que lo percibe. El ciprés es el origen, la causa inmediata de un asombro inicial y un sentimiento primordial, aquí está el germen de su poemario me parece a mí. Como lectora he mantenido una conexión empática y profunda con los sentimientos del autor.  ¿Cuando lejos estoy de la verdad?

Hay imágenes que parecen condensaciones de experiencias vitales fuertemente significativas, como este ciprés de mi poemario. Es como si los afectos adquieran una dimensión humana. Fue en mis cuarenta años que reparé en el ciprés como objeto poético, como consecuencia de un viaje a Tierra Santa donde descubrí el ciprés como símbolo de vida y hospitalidad, no como símbolo de muerte y cementerio, por su sobriedad, por su altura apuntando a lo trascendente, creciendo hacia arriba, por su investidura de verde oscuro cual monje que experimenta grandes éxtasis, siempre igual en todas las estaciones es símbolo también de inmanencia.

El desarrollo del libro El aura del ciprés me ha dicho…  que publiqué en 1988 quiso ser un ejemplo de peripecia vital, un testimonio de la norma de vivir y un paradigma de ambiciones legítimas: nacer, crecer y morir siendo útil a la vida y a lo bello; a lo que pudieran disfrutar las gentes sencillas alrededor de una plaza.

No en vano, cuando se ha querido mostrar el dolor del holocausto judío se plantaron seis millones de cipreses en su memoria.

Su obra poética contiene un fuerte marchamo afirmativo  y vitalista de la existencia que cae antes o después en las redes de la melancolía, como en 33 sonetos en azul ¿Cómo fue la concepción de este poemario de corte clásico y matices modernistas?

Uno de los descubrimientos clave de la estética romántica es que, gracias a ese afecto intenso que es el sentimiento, la realidad es siempre algo más de lo que es en sí misma, esto implica redimensionar, reinventar….  Este libro es un diálogo con los poetas modernistas, los Machado, Rubén Darío, Juan Ramón…. Con una intrahistoria de amor sugerida entre amantes de diferentes edades. La voluntad de amar es la verdadera protagonista del libro y la ofrezco como un regalo de esperanza a los lectores. 33 es todo un símbolo bíblico de perfección que bien pudiera trasladarse a la forma poética seleccionada.

¿Cómo explica esa vertiente de su poesía que toca el misticismo y que está relacionada con sus Pregones de Semana Santa?

Los encargos que se me han hecho, por ejemplo los Pregones de Semana Santa que cualquiera puede apreciar por internet, han ido precedidos por la vinculación literaria precedente con los centros que me solicitaban. En otras palabras, antes de los encargos he dado la talla antes en mis artículos de periódicos o en mis conferencias. Raro es el pueblo o la ciudad donde antes no haya demostrado conocimiento del lugar para lograr la confianza del encargo que se me hace. Puedo confirmar que todos los pregones han transcendido los límites de Castilla y León.

Acabo de acercar su poesía a la lírica mística y a la modernista…. ¿Se considera un poeta de influenciado cuando escribe versos?

No me adscribo a ninguna influencia, escuela, generación  o movimiento, si bien las lecturas que he realizado durante mi vida han dejado un poso inestimable del que parto inconscientemente.  Siempre me he definido como un campesino que escribe y que, al hacerlo, se siente orgulloso de ello

Usted que ha sido mecenas de varios premios de Castilla y León y jurado de muchos de ellos, qué como escritor cuenta con más de 80 libros en su mayor parte con segundas (33 Sonetos de amor en azul), terceras (El Tren Burra) y cuartas ediciones (Amapolas comuneras) ¿considera que su obra de escritor ha recibido suficiente premio?

 Jamás me han premiado literariamente, aunque justo es reconocer que jamás me he presentado a ningún certamen literario, ni poético.

Se me encargó la letra para varios himnos como el Himno de la Virgen de Castilviejo (Arciprestazgo de Medina de Rioseco) o el de Pedradas de San Esteban. Hasta Puerto Ric o llegó un libro mío Sonetos Eucarísticos que estuvo en las manos del maestro Ignacio Nieva del Conservatorio Nacional de Puerto Rico, quien sin conocerme me llamó para que le permitiera montar una cantata que luego se estrenó en Valladolid con gran solemnidad en la Iglesia de Santiago por la Coral Vallisoletana. Guardo el original y la partitura firmados. Otros muchos sonetos de mi autoría han sido musicalizados como cantatas religiosas y corales.

Debo reconocer que lo que he escrito por encargo ha tenido igual trascendencia que los libros que he escrito “motu propio».

Yo sé muy bien amor, que en el sendero

Que la vida nos teje por sorpresa

Miro siempre la muerte que me apresa,

“Y más te miro cuanto más me muero»

(33 Sonetos de amor en azul, 1990)

¿Sobre su casa museo qué piezas destacaría, de forma que tengamos una idea de cómo las Bellas Artes han definido su vida?

Dicen que mi casa es un museo……. Cada rincón tiene su encanto por la combinación de muebles, cuadros, porcelanas de época.

Mi casa no se ve de una vez. Mi colección de pintura es muy ambiciosa dado que hay cuadros del XVII de la Escuela Madrileña, otros de la misma época de la Escuela Andaluza hasta llegar a Gregorio Prieto gran pintor de la Mancha e ilustrador de El Quijote. Otros como Ubeda, Redondela, García Lesmes, o García Benito pensionado por el Senado Norteamericano como consecuencia de su vinculación a la revista Vogue.

Me crecía la aurora desde dentro.

Nada

Era más visceral que su latido en mí.

Nada más mío

Que el pulso firme de la naturaleza

Cantando en comunión las voces al unísono.

(El aura del ciprés me ha dicho…)

De mi biblioteca de más de 6.000 volúmenes destaco las colecciones de Historia. Hay dos o tres publicaciones distintas de todo el proceso de las Cortes de Castilla y León desde los primeros siglos a nuestros días y , luego, la época que me ha gustado estudiar ha sido la dinastía de los Trastamara y la forja del Imperio de Carlos V, incluido el encuentro con América. No hay que olvidar algunos incunables y otros libros de actualidad en homenaje a Jorge Guillén o a otros grandes escritores de la época. Guardo con especial interés muchísimos libros dedicados por sus autores: Pemán, Delibes, Jorge Guillén, Claudio Sánchez Albornoz.

En cuanto a las esculturas que poseo, destaco las esculturas de santos de los Talleres  de Sierra, dentro del esplendor de la Escuela Vallisoletana y otros, aunque anónimos, pertenecientes al siglo XVII y XVIII.

Hay una riqueza en el mobiliario también; mayormente, las arcas con talla mudéjar, arcones con talla renacentista, bargueños de la Escuela Italiana o el clásico bargueñ-Vargas del siglo XVI y de Escuela Toledana.

En el salón de Música se encuentran unos frescos del siglo XIX alusivos a las estaciones del año y una colección de fotografías alusivas a las autoridades y personalidades con quienes he tratado desde la alta política (Bush, padre, Almeida, presidente de Portugal, Reyes de Bulgaria, reyes de España…) a la nobleza, sin que falten artistas (Venancio Blanco, Monserrat Caballé..) y escritores como Antonio Gala.

¿Dónde radica la fuente de impulso mayor en su vida?

Los ratos de mayor placidez y el mayor impulso para mi quehacer profesional y literario me los ha proporcionado mi familia, especialmente mis hijos y nietos. En distintos escritos he comentado que los nietos son el gran don de Dios que nos permite rejuvenecernos en ellos a la par que seguimos cargados de años e ilusiones.

Cómo experto que es en paisajes humanos también, ¿cómo ve, en términos culturales, a Castilla y León?

Todavía a un nivel medio, a pesar de que los premios Cervantes en Alcalá de Henares y otros de alto rango en Castilla y León han ido destacando a grandes escritores castellanos como Delibes, el poeta Gamoneda, el ensayista Jiménez Lozano o el novelista Manuel Parrilla.

La Fundación Gabarrón con sede en Valladolid todos los años concede una serie de premios entre ellos los de Literatura que dan prestigio a la ciudad.

En el libro de firmas de la Casa Grande que reúne heráldica, arte, poesía y crónica como formas de afecto dejé escrito:

Jardines de la Casa Grande

Entrar en los parajes de la soledad creativa del Señor de la Mudarra es toda una experiencia sensorial por la fuente ilimitada de correspondencias que establece su meditado jardín entre el mundo presente y el otro presentido.

Yo, experta en espectaculares atardeceres, en los que el sol duda siempre entre irse y quedarse enamorado de su propia transparencia, quiero dar fe, en este libro único – capaz de convertir afectos en pintura, poesía y crónica- de la grata aventura que ha supuesto este reportaje. He encontrado la huella de Godofredo Garabito en todo: sobre la armonía de la naturaleza presente en cada rincón del jardín, en el cuidado estético de cada detalle. Y es que no es para menos: tantos años acostumbrado a ser anfitrión de encumbradas personalidades, tantos cultivando esa alquimia secreta de campesino que escribe poesía…

Al realizar la entrevista, he disfrutado de una dulce conversación por largas horas que me ha hecho recordar aquello que decía Gracián: “la conversación es el mejor viático del camino en la vida” porque Godofredo Garabito siempre dispone de la lírica en forma de memoria, y regala su rico y ameno anecdotario, nunca intrascendente, por cierto.

Ante los espacios encantados, placenteros, y serenos que me ha permitido disfrutar elño de La Casa Grande, dudo, como aquel sol del trópico, entre irme y quedarme, claro que en esta ocasión es su propia transparencia la culpable.

Godísimo amigo que sigas viviendo cervantinamente tus ya populares aventuras dejando siempre constancia de ellas, que alguna estrella dulcineada las alumbrará.

Carmen Cazurro García de la Quintana, 3 de junio de 2007

No me siento satisfecho, me siento realizado. La insatisfacción me crearía mala conciencia y la satisfacción me parecería una carga de vanidad innecesaria. Recuerdo demasiado bien aquellos versos de Antonio Machado “Caminante, son tus huellas/ el camino, y nada más;/caminante no hay camino:/ Se hace camino al andar./ Al andar se hace camino,/ y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca/ se ha de volver a pisar./ Caminante no hay camino,/ se hace camino al andar”.