¿Una ensoñación progresiva?

La poeta detrás de Desvaríos femeninos

Carmen Cazurro posee dos culturas, la española y la puertorriqueña, ya que llegó a la isla con sólo veintún años. Ella posee un Juris doctor por la Universidad de Valladolid, Maestría en Artes con especialidad en Estudios Puertorriqueños y del Caribe del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe; y Doctorado en Filosofía y Letras con especialidad en Literatura Puertorriqueña y del Caribe por la Universidad de Valladolid en consorcio con el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (2004). Es escritora, catedrática de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla, y miembro de la Academia de Bellas Artes.

Empezaré por los títulos: Desvarios a mí me suena a locuras . ¿Es éste el sentido del título?

Bueno la verdad que no. Yo me refería más con ese término a otros sinónimos. Por ejemplo, ensoñaciones, sueños, pero nada de locuras, definitivamente no.

¿La primera parte se titula Fuga de nostalgias. Cuál es el significado de nostalgia para usted?

En griego nostos significa regreso. Pues, yo estoy constantemente regresando a mi tierra de alguna manera en mi imaginario. Yo cierro los ojos y me veo instalada en Valladolid, mi ciudad o en los campos de Castilla. En ese sentido, me fugo de esta realidad puerrorriqueña -me escapo- y me voy a otra. En esas fugas, he compuesto muchos de estos poemas, atrapando emociones que he tenido allá desde aquí; escribiéndolas aquí.

¿Son tan imprescindibles para vivir estas nostalgias como para organizar con ellas un fuga mental?

Bueno, para mí la vida está hecha de emociones. En la medida en que las emociones se apagan, se olvida la historia personal. Entonces, cuando faltan los padres, los inmediatos familiares, te quedas tú sólo con tu historia, con la que ya ha pasado; sólo la recuerdas tú, ¿Quién la va a recordar? La generación de ahora es prospectiva, pero yo vengo de una generación de recuerdos, de nostalgias, de historias, y yo soy así. Yo soy nostálgica.

¿En cuanto a la temática… Llama mi atención la referencia a mundos fronterizos; a diferentes épocas del año con su variedad de clima y floración, sobre todo en la primera parte. ¿Es que se puede introducir una historia de amor con ambiente espacial-tiempo, lugar y ciscunstancias-, más propia de la prosa, dentro de estos versos?

Tú sabes porque eres estudiante de creación literaria, que existe una prosa poética y existe también una poesía en prosa. La mía está muy cercana a la poesía de Neruda que era dialogante, una poesía casi de conversación. No es una poesía de rimas, estrofas, sonetos, y metáforas; en suma, rígida; pues, a mí lo que me interesa es una poesía comunicable, que la gente la entienda, que se haga afín conmigo.

Doctora Carmen Cazurro y Rafael Calderón

En mi caso, mi poesía tiene una historia y trata de capturar momentos que se atrapan en diferentes estaciones del año, con su diferente fauna y diferente flora. Obviamente, sabes que en Puerto Rico parece que sólo tenemos verano como estación. Sin embargo, en Castilla, de donde yo provengo, hay primavera, verano, otoño e invierno. El invierno es un espectáculo de hielo.

La nieve se deposita encima de las ramas de los arboles, se congela, y produce como una figura de hielo preciosa. Eso se llama cencella. Por otro lado, en otoño, por las hojas de los árboles que forman una alfombra en el piso de diferentes colores como verdes y amarillas. Esto lo veis mucho porque estáis más en contacto con el otoño de Estados Unidos.

La primavera, es una floración extraordinaria de rosas, trinos, pajaros, y arboledas. En el verano, pues es la luminosidad de sol, las amapolas, la floración hasta de los caldos silvestres. Por lo tanto, yo le doy a mi poesía un ambiente en que se retrate una emoción amorosa o de otro tipo, pero en el fondo es una nostalgia por paisajes, parajes, y sentimienos.

¿En cuanto a los recursos poéticos… ¿En el mundo de imágenes que usted ha construido, cuáles destacaría y por qué?

Utilizo varias imágenes que se relacionan que ver con esa mirada que uno hace al paisaje castellano. Cuando yo veo las amapolas me imagino una alfombra roja; pero, qué pasa… al lado de las amapolas están los trigales que son dorados, y esos son los colores de la Bandera de España. Por lo tanto, yo estoy viendo la diversidad de colores, eso me está inspirando y siento que de alguna manera debo incorporarlo a lo que escribo. Hay un poema que escribí que es desde un balcón.

Recuerdo que fue una tarde en que abrí la ventana de un segundo piso, de un balcón y me di cuenta que la primavera había llegado. ¿Por qué? Por la diversidad de pajaros, castellanos -que si los menciono aquí no se conocen-. Entonces, la luminosidad del cielo en aquel momento era diferente. Fíjate, aquí las nubes en Puerto Rico parecen que se pueden tocar porque están muy cercanas. Esto le llamaba la atención al poeta Juan Ramón Jiménez pero en España las nubes son más lejanas: hay cúmulos, nimbos y cirros, hay diferentes nubes. Eso provoca una sensación de otro mundo que te está mirando.

Por otro lado, tú ves cómo la floración va empezando. Por lo tanto, todo eso te inspira, te emociona. Si algún sentimiento tú tienes en ese transfondo que estás viendo más lo imaginativo que sientes, pues surge la poesía. Recuerda que la poesía es creación, ensoñación; es como subirse de un mundo real, a un mundo suprarreal imaginario, en el que tú empleas metáforas, comparaciones, incluso, nuevas palabras.

Por ejemplo, yo tengo un neologismo que se llama dulcecielo,porque me parecía que era un cielo dulce que podía masticarlo, comerlo degustarlo. Por lo tanto, mis imágenes son siempre sensoriales, tienen que ver con el gusto (infancia de membrillo), vista, y olfato inluso. Además, hablo del olor, y, cuando hablo de mundos fronterizos, hablo de que hay una frontera entre Puerto Rico y España que es el mar.

¿Éste es su tercer poemario; ¿Guarda relación con los anteriores?

Siempre digo que la biografía de cualquier escritor se cuela por los libros.

Si hay un algún libro que tiene relación con este poemario, se llama Mujeres sin Edén. El poema que es “Tan sencillo”. En él hay un hombre y una mujer, que de alguna manera han vivido una pasión pero que al hablar entre ellos surge el hombre machista y ella que es una mujer liberada, chocan. Luego, se dice en el poema que el hombre machista y la mujer liberada emergieron de las tumbas de sus cuerpos y le dijeron adiós a su paraíso, se quedaron sin su Adán y sin su Eva, porque estaban acostumbrados a pecar -bíblicamente-, pero no con la palabra. Finalmente, la mujer deja al hombre.

En ese sentido, en Desvarios femeninos hay una parte que se llama Verdades Sencillas, creo que ahí está el poema Tan sencillo, en el que se explica cómo una mujer puede renacer de un amor en ruinas perfectamente, porque se quiere a sí misma. Es decir, no es cuestión de ser una ególatra, sino de afirmarse en afectos en emociones, en lo que ella cree.

Al principio usted habla de la naturaleza sin personificarla, ¿la posterior y progresiva personficación de la naturaleza alude al estado de desvarío de la voz poética, específicamente al grado de nostalgia que esta guarda o ambos?

Claro, evidentemente cuando yo recreo el verano me domina un estado más feliz que cuando yo recreo la cencella invernal.

Naturalmente, es mucho más nostálgico el invierno, porque éste tú lo vives encerrado en tu casa. En cambio, el verano lo vives afuera, caminando haciendo ecoturismo y todas esas activadades en contacto con la naturaleza. Así son los estados anímicos.

Hay un poema que expresa que la voz poética se siente señora natural de esas tierras castellanas. Es que en la Edad Media existían señores naturales. Es decir, dueños de las tierras pero es porque los campesinos lo eligían porque eran personas humanas, accesibles, y sensibles. Entonces yo me sentía señora natural de esas tierras porque, no es que me hubiera elegido el rey ni la reina. Es que me fundía con el paisaje y la gente; me sentía gente dentro ese paisaje y en ese sentido señora natural.

Usted ha mostrado preferencia por el tema erótico, por ejemplo en Mujeres sin Edén ¿Esta preferencia la llevó a personificar el ambiente, así como lo ha hecho Julia de Burgos en Río Grande de Loíza y Azul de tierra en ti, que tanto extraña de Castilla, o es que a través de la personificación de la naturaleza usted entiende que mejor puede describir la intensidad de la nostalgia?

Sí, tiene que ver mucho con la intensidad el que uno identifique la naturaleza como parte de ese amor platónico o de esa nostalgia, como tú quieras denominarla. Julia de Burgos, sentía en el rio grande de Loiza sus primeras sensaciones eróticas. El roce, o sea el río rodeaba su cuerpo, se sentía feliz; es la primera emoción de un cuerpo que no sabe qué hacer con las sensaciones que siente.

En mí caso, el paisaje siempre me ha envuelto de una manera especial ya sea la luz del cielo, ya sean las amapolas, sobre todo las amapolas, decir amapolas para mí es algo mágico -o la floración silvestre-.

La amapola es una flor sumamente delicada, de un día para otro se muere, pero es un rojo intenso. Por consiguiente, ver un campo enorme como los que hay en Castilla con amapolas, como si fuera una alfombra de colores, a mí me emociona. De hecho, tengo algunas fotos en esos parajes.

Realmente, para mí es importante la naturaleza. Es, digamos, dentro del erotismo que tú habías mencionado, importante porque recuerda que el erotismo -tema en el que digamos que soy experta, pues yo leo todo lo erótico que me cae en las manos- suele verse de manera deformada, como una afición a la pasión de una manera casi pornógrafica. No obstante, el erotismo es el disfrute de las sensaciones de una manera que lleva al placer de compartir esa emoción con otra persona -ya sea imaginaria o real-. Como diría Octavio Paz, poeta mejicano: “El erotismo es la máxima movilización de los sentidos”. Por ejemplo, Catorce besos, un poema escrito en un día de san Valentín, el catorce de febrero, ya sabes. Entonces, yo voy a dar catorce besos a ese ser que imagino y voy besándolo en el cuello en la mano en la cabeza, porque cualquiera que lea un tratado erótico sabe que en cada parte del cuerpo se producen sensaciones diferentes, se descubre un placer diferente en una relación amorosa.

Sobre Los pasos de la tarde:

¿A qué se refiere al decir: “yo soy la cita”?

Como voz poética me siento tan confundida con la naturaleza, que ya soy capaz de citar al amor, que el amor venga a mí. Hay otro poema que digo que voy a romper la monotonía, la cotidianidad de la relación porque me siento preparada para eso. Ya no soy la costumbre, ya soy otra persona. Por esta razón, “yo soy la cita” es como que la mujer determina con su actitud que el amor venga a ella. Ella no busca al amor, ella lo va a citar, lo va atraer segura de que la otra parte va a llegar.

¿En la creación de esta poema, usted consideró volver a España? ¿En algún momento la nostalgia llegó a ese punto?

Por supuesto, yo tengo hecho un reportaje en estos parajes que -fundamentalmente- son de un pueblecito castellano de origen arabe que se llama la Mudarra. Estos paisajes en ese pueblo -que estan a media hora de mi ciudad- son increíbles. Definitivamente, siempre que retorno a España siempre retorno a esos paisajes. Es verdadera nostalgia, el regreso a los orígenes.

Algo similar a lo que sintió Ulises en La Odisea. Pues en la odisea, Odiseo regresa a su casa en Itaca. En ese camino por su afán de nostalgia de su tierra de hogar y de su mujer, llamada Penélope, él sufre aventuras increíbles: el canto de las sirenas, el cíclope, ente otros; pero regresa. Pues a mí me pasa lo mismo, yo construyo una vida lejos de esos parajes, pero esos parajes me llaman, entonces yo regreso siempre.

Sobre Captura:

¿De quién es rehén la voz poetica?¿Por qué personificarlo -específicamente- con la mirada?

La voz poética la mujer siente la primavera, y sabe que la otra parte, es decir el ser hombre, vive en un invierno. Y dice, aunque yo me sienta primavera y tú seas invierno, ya yo estoy cautivada porque lo que me ha cautivado de ti es tu mirada, pues no se necesita ni la cercanía ni el físico ni el amor sexual ni nada, sólo la mirada. Esta mirada, es un elemento primordial en el desarrollo que tuvo el occidente en el amor platónico. Sabes que el amor platónico le llega a los españoles y a todos los países hispanohablantes a través de los árabes.

El amor platónico es un amor inalcanzable, que normalmente no lleva a ninguna parte; es un amor que tuvo mucho éxito en el siglo XIX con los románticos porque como había diferentes clases sociales pues no se podía hablar a cualquier mujer.

Desde la distancia, tú amabas a la persona, y la forma de decirle que tú la amabas era mirándola a los ojos; si los ojos hacían un leve parpadeo ya eso era correspondido. Había comunión de voluntades, y no se necesitaba más, porque la mirada aumentaba el deseo.

El deseo era una manera más de consumación. Los arabes siempre buscaban más aumentar el deseo del placer del amor que consumarlo. De hecho había una tribu, que vivió en españa, los hudríes, que practicaban esto como religión.

Preguntas de Soy la costumbre:

¿Quién es el sujeto a quien usted alude?

La voz poética esta diciendo que su sentir es cerrado, introvertido, silencioso, encerrado en sí misma, que nadie sabe de él, pero que ya algún momento sería bueno romper con esta actitud introvertida y salir al mundo, aunque hiera. Pues es mejor salir así y cambiar la costumbre.

La entrevista fue realizada presencialmente el 2 de noviembre de 2022 de 8:00am-9:00am, por: Rafael Calderón Pérez


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