En tu huerto

El amor cantaba, cierto.

Rumores de palabras exaltadas

llegaban a sus oídos serenos

como inagotables veneros

de alegría imantada

 

Y por fin brotó su sonrisa

Entre aquella marea súbita de latidos

Le poseyó la idea de un beso

Y cerró los ojos

Mientras, ella se disfrazaba de azul

para el regreso

 

El cielo fundente de nubes espeso

fue el culpable de aquel embeleso

de risas y besos


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